Aprobar el curso o en otras palabras “no repetir” pasa a ser una preocupación de muchas familias que en el primer trimestre del año se encuentran con que sus hijos están obteniendo malos resultados escolares y peligra “la promoción” al curso siguiente.
España es uno de los países de la Unión Europea con la tasa de repetición de curso más elevada – aproximadamente el 29% de los estudiantes repiten, al menos un año durante sus estudios escolares – . La repetición de curso es la antesala del abandono escolar que en el caso de España se sitúa en el 20%.
En este artículo, Olegario Llamazares, autor del libro Cómo conseguir que tu hijo apruebe, ofrece a padres con hijos adolescentes que tienen dificultades en los estudios unos consejos para evitar la repetición de curso que como se dice explícitamente el Informe PISA (el más prestigioso del mundo de la educación) no va a mejorar su rendimiento: “un alumno que repite curso no suele obtener resultados positivos en los años posteriores”.
Deber y obligación de los padres en los estudios de los hijos
En primer lugar los padres tienen que ser conscientes de que pueden ayudar mucho a sus hijos en los estudios y que, en muchos casos, ese deber pasa a ser una obligación como consecuencia de algunas carencias del sistema educativo. La propia nueva Ley de Educación (Ley Orgánica 3/2020) en su Artículo 12ª “reconoce a los padres, madres o tutores el derecho a participar en el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus hijos e hijas”.
Reuniones periódicas con el tutor
Cuando llegan las malas notas, los padres tienen que reunirse con el tutor que es la figura clave, ya que finalmente es la persona que tiene más influencia en la decisión sobre qué alumnos aprueban el curso y cuáles repiten. Conviene reunirse con el tutor periódicamente (por ejemplo, una vez por trimestre) y colaborar con él, coordinando los estudios en casa de los hijos con las tareas en el colegio.
Establecer una rutina de trabajo: lugar y tiempo
Como en cualquier actividad, estudiar requiere un hábito de estudio que se consigue más fácilmente con una rutina, en este caso el lugar y tiempo que se dedica al estudio. Los padres tienen que facilitar a sus hijos un entorno de estudio favorable en el que puedan concentrarse: mesa de estudio, estantería, buena luz, etc. Es muy importante conseguir que se pongan a estudiar todos los días a la misma hora y también alguno de los días de fin de semana (sábado o domingo), preferiblemente a primera hora de la mañana.
Centrarse en las asignaturas llave: Matemáticas y Lengua
No todas las asignaturas son igualmente importantes. Matemáticas y Lengua, además de tener un componente de lógica no fácilmente asimilable por muchos alumnos, son asignaturas llave; es decir, no se puede pasar de curso con ambas suspensas. Desde la educación primaria (a partir de 6 años) hay que hacer un esfuerzo para que los alumnos vayan comprendiendo las operaciones matemáticas y las reglas gramaticales, ya que a medida que avancen de curso se van a complicar.
Controlar el tiempo que dedicación al estudio
Los padres tienen que controlar cuánto tiempo dedica al estudio suss. Existen tres posibilidades: presencia física (estar con ellos cuando estudian; es lo más efectivo); control cercano, de tal manera que se sepa lo que van a estudiar cada día; y control a distancia: cuando los padres no pueden estar en casa, pueden utilizar el WhatsApp o cuando llegan a casa ocuparse de verificar lo que han estudiado y si verdaderamente le ha sacado rendimiento. Cualquiera de las tres formas exigen un esfuerzo considerable por parte de los padres.
Los resúmenes: el mejor método de estudio
La mayor parte de las asignaturas (Historia, Sociales, Biología) son memorísticas. Por ello tener un método de estudio es esencial. Hay varios: subrayado, esquemas y mapas mentales, hacer resúmenes. El más eficaz son los resúmenes bien hechos porque permiten memorizar el contenido necesario para aprobar los exámenes, con un lenguaje sencillo y evitando las faltas de ortografía, que siempre penalizan.
Ayudar en los deberes: ¿Hasta dónde?
Los padres no deben hacer los deberes de sus hijos sino controlar que los hacen. En todo caso su función es facilitar los deberes a sus hijos: Ayudarles a buscar información, estructurar el contenido, poner títulos, etc., pero que sean ellos quienes los hagan. No obstante, hay situaciones en que es necesario ayudar mucho a los hijos con los deberes ya que de lo contrario no conseguirán cumplir con las tareas que les manden los profesores más exigentes.
Pautas para hacer exámenes
Otro aspecto importante es dar unas pautas a los hijos para sacar el máximo partido de los conocimientos en la realización de los exámenes. Es un tema fundamental sobre todo a partir de la ESO: los adolescentes son bastantes desorganizados y eso incluye la realización de los exámenes. Algunas de estas pautas son: leer muy bien las preguntas, empezar por las preguntas que se sabe mejor, en las preguntas largas hacer un esquema antes de responder, hacer una revisión final para corregir faltas ortográficas, etc.
Una información detallada de todos estos consejos así como muchos otros, desde cómo elegir colegio, a técnicas de estudio básicas, la relación padres-hijos en los estudios, etc., pueden encontrarse en el libro Cómo conseguir que tu hijo apruebe, de Olegario Llamazares en el que el autor cuenta su experiencia como padre que ha conseguido que todos sus hijos terminen con éxito los estudios escolares.
Me han gustado mucho estos consejos. Estoy en la recta final con mi hija este año y quiero que salga lo mejor posible. Siempre la apoyo y la ayudo a estudiar.