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Vuelta a la Selectividad

Finalmente ha imperado el sentido común, que es el menos común de todos los sentidos, y el Ministerio de Educación ha rectificado su propia ley educativa ante la presión de toda la oposición y la comunidad educativa. Así se desprende de un borrador de la orden ministerial sobre las características de las reválidas de ESO y Bachillerato al que ha tenido acceso magisnet.com

La ‘reválida’ de 2º de Bachillerato que recoge la LOMCE ya no tendrá efecto para la obtención del titulo de Bachiller (ya no será ‘reválida’) y sólo será obligatoria para los alumnos que deseen acceder a la Universidad. Además, tampoco será necesario sacar un 5 para poder acceder a la Universidad, según manda la ley educativa vigente. Con alcanzar el 4 en los exámenes, si la media ponderada con el expediente de Bachillerato llega al 5, bastará. Es decir, vuelta a la Selectividad.

En un principio, la reválida estaba pensada para que todos los estudiantes de 2º de Bachillerato se examinasen una vez aprobadas todas las asignaturas de Bachillerato. Deberían revalidar sus conocimientos en unos exámenes finales que ponían en peligro la obtención del título de bachiller después de 15 años estudiando, aún habiendo aprobado ya todas las asignaturas y cientos de exámenes. Pues bien, esos exámenes que realizarán estos alumnos este año sólo tendrán que ser aprobados por aquellos que quieran ir a la Universidad. Se apruebe o suspenda esa revalida, el alumno que haya aprobado todas las asignaturas de 2º de Bachiller obtendrá su título. Y la revalida de 4º de la ESO tampoco tendrá efectos académicos.

DE APROBAR CON UN 5 A HACERLO CON UN 4

Este acceso a las titulaciones universitarias seguirá los mismos criterios que la anterior Prueba de Acceso a la Universidad (PAU): Se deberá obtener una calificación igual o superior a 4 puntos para acceder a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado. La nota, también como en Selectividad, se calculará ponderando un 40 por 100 la calificación de la evaluación final y un 60 por 100 la nota media del expediente académico del alumno en Bachillerato. «Se entenderá que se reúnen los requisitos de acceso cuando el resultado de esta ponderación sea igual o superior a 5 puntos», matiza.

Esto último es otro paso atrás del Ministerio de Educación, ya que el real decreto que regula estas pruebas, del 29 de julio pasado, establece que, para obtener el título de Bachillerato, será necesario una calificación igual o superior a 5 puntos en la evaluación final.

Esta orden ministerial, fechada en 23 de septiembre, deberá ser aprobada por el Consejo de Ministros antes del 30 de noviembre, pero antes debe pasar por el Consejo Escolar del Estado. Un organismo que en estos momentos está sin operar por estar descabezado: su presidente y vicepresidenta se jubilaron en mayo y el Ministerio no ha podido nombrar nueva dirección al encontrarse en funciones.

SE MANTIENEN LOS EXÁMENES DE TODO BACHILLERATO

El Ministerio en funciones dirigido por Íñigo Méndez de Vigo da respuesta a las exigencias de la gran parte de la comunidad educativa, oposición en el Congreso y mayoría de comunidades autónomas. No obstante, la nueva prueba final de Bachillerato tendrá diferencias con respecto a la anterior PAU tal y como obliga la Ley para la mejora de la calidad educativa.

Las dos principales diferencias entre la evaluación que tendrán que realizar sólo los futuros universitarios con respecto a la Selectividad es que el próximo año los exámenes se realizarán en cuatro días -cinco en aquellas regiones con lengua cooficial- en lugar de tres días.

Eso sí, los estudiantes que realicen estas pruebas en junio deberán poner a prueba sus conocimientos de los dos cursos de Bachillerato y no sólo de segundo como hasta ahora. Según el Real Decreto por el que se aprobaron estas pruebas, habrá cuatro exámenes de asignaturas troncales generales (Lengua Castellana y Literatura, Lengua Extranjera, Historia, Filosofía), dos opcionales y una específica.

SE ESTUDIA TAMBIÉN LA VUELTA AL SISTEMA CLÁSICO DE CALIFICACIÓN

También se debate actualmente volver al sistema de calificación clásico de Selectividad, de modo que la nota máxima sea un 10 y no un 14 como hasta ahora. Actualmente debía superarse una Fase General, con 4 materias comunes de 2º de Bachiller (5 en caso de comunidades autónomas con lengua cooficial) y luego una Fase Específica, optativa, con hasta 4 asignaturas que ponderan de forma diferente, de modo que la nota puede alcanzar un 14 si te presentas a todos los exámenes y sacas un 10 en todos ellos. ¿El resultado? Muchos alumnos con 9 exámenes en 3 días, desesperados ante el aumento de las notas de corte, perdidos porque casi hay que hacer un master en física cuántica para calcular la nota final.

El modelo que se está barajando, retornaría al modelo clásico de modo que todas las asignaturas ponderen del mismo modo y la nota máxima alcanzada sea un 10. Esperemos se pongan de una vez de acuerdo y dejen de darle vueltas a todo, sobre todo a lo que funciona bien. Tengo la sospecha de que todos los cambios que continuamente se introducen en el ámbito educativo siempre pasan por justificar los sueldos de algunos cargos, maquillar las cifras de fracaso escolar y hacer más difícil el ingreso a la universidad a determinados estratos sociales. Eso sin contar el incremento del desasosiego y la incertidumbre a la que se tienen que enfrentar en primera instancia los alumnos y sus familias y el incremento del desconcierto y la burocracia con el que deben lidiar profesores y centros escolares.

Que impere el sentido común, pero que impere ya. #nosvemosenclase

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